viernes, 21 de agosto de 2009

¿Qué debe hacer la célebre avenida Revolución de Tijuana para reinventarse?
¡Qué tarea tan difícil para la otrora más visitada avenida del mundo!

Asumiendo que los comerciantes de la Revolución le apuestan en buena medida a que sus clientes sean norteamericanos que cruzan la frontera caminando y llegan a pie, hace unos días me di a la tarea de cruzar la Garita de San Ysidro a pie y entrar caminando a Tijuana desde la línea hasta la avenida Revolución para conocer qué es lo primero que conoce de México ese tipo de turista, en caso de que todavía exista.
El ejercicio fue muy poco alentador.

Una ves que se cruza el primer bloque después de la línea, donde hay mucha animación, todo tipo de comercias y se desemboca al sitio de los taxis amarillos, se llega al famoso Mc Donald’s, que es punto de referencia para los tijuanenses que cruzan a pie. Ahí hay más taxis amarillos (que por cierto se sienten dueños del lugar), autobuses de servicio público y los autos de quienes van a recoger a amigos o parientes “recién cruzados”.

Pero después de este punto empiezan los problemas: se llega a la Plaza Viva Tijuana, que está semiabandonada y con la mayoría de los locales comerciales cerrados; se suben unas rampas y escalinatas para cruzar el río Tijuana por un puente peatonal, y después se desciende para empezar a caminar rumbo al cruce de la Revolución y la calle Primera.

Ese tramo, que incluye el cruce de la plaza, el puente peatonal sobre el río, y dos cuadras antes del famoso reloj, son zona de nadie; están desiertas y las pocas personas que están ahí, además de algunos enjundiosos vendedores, son en su mayoría mendigos o adictos que piden dinero a los paseantes. No faltan uno o dos que están completamente perdidos, durmiendo la mona en plena calle bajo los rayos del sol. Y la limpieza es algo que por aquí tampoco pasa.

Los pocos comercios que hay bajando el puente peatonal y en las cuadras siguientes están en su mayoría cerrados y la explicación del porqué es obvia: se ve poquísima actividad.
Esa es la primera impresión de los turistas.

Ya llegar a la avenida Revolución y la calle Primera es otra cosa: la Plaza Santa Cecilia tiene esa intensidad de color, ruido y olores de Tijuana, y la misma gente que ahí se reúne (de distintos extractos económicos) le da mucha vida al lugar.

Pero algo muy profundo debe ocurrir para que este acceso a la Revolución sea un “Paseo por México” y no una aventura desafortunada como es hoy en día. Y estoy seguro que no es simplemente un asunto de maquillar el camino por parte de las autoridades turísticas; hay problemas más de fondo como el tráfico y consumo de drogas que obligan a la participación de autoridades de niveles municipal, estatal y federal.
Voluntad, pues.

Ya después vendrá el otro tema: ¿Qué hacer en la Revolución? Una vez que los turistas no sólo se sientan tranquilos sino que disfruten esta llegada a pie, los comerciantes y locatarios de la avenida Revolución deberán dar un giro radical, realmente reinventarse, y ofrecer algo que la vuelva nuevamente una de las avenidas más concurridas del mundo y no sólo una calle que vive de sus glorias pasadas pero que no puede ocultar que está en franca decadencia.

Colofón: ¿Qué pasa Xolos? No se pueden dar el lujo de perder como el domingo pasado. El equipo tiene mucho más que lo que vimos frente a Correcaminos. Toda la afición, incluidos la Masak3, la Perrada y los Cachorros nos merecemos más. Sigue faltando actitud: el talento está.


pablomexicano@live.com.mx

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