martes, 17 de noviembre de 2009

Tijuana, noviembre del 2009.- Desde que lo conozco, don José Galicot me ha llevado de sorpresa en sorpresa. Sin lugar a duda el es uno de los notables de Tijuana; líder mural de la comunidad judía en la región, es un apasionado de Tijuana (mezcla de amor y otros sentimientos), y no dudo que sea el mas importante promotor de arte de la frontera, donde si se me permite incluyo también San Diego.

La semana Pasada, Don José tuvo a bien invitarme a participar como panelista en la presentación del catalogo de la sala Anguiano del palacio de la Cultura de Tijuana, que se encuentra en el corazón mismo del centro, en la esquina que hace la calle segunda y la constitución. Quizás el pensó que yo declinaría porque no es cualquier cosa hablar ante el ámbito de las artes de esta frontera. Pero lo tome como reto y me avente el tiro . En el panel se encontraban ni más ni menos que su viuda Briggite, el agregado cultural de México en San Diego, y mis colegas periodistas y buenos amigos Raquel Galván y Fernando del Monte.

Raúl Anguiano es uno de los pintores mas sólidos del México del siglo XX; si bien es posterior a los grandes muralistas, su obra es tan impactante como la de ellos y prueba de esto es que recuerdo ver una de sus pinturas, “La candona sacándose una espina del pie”, en algún libro de texto oficial de primaria, y desde luego en las principales antologías de pintura mexicana.

Yo hubiera iniciado mi participación en el panel hablando en primera persona de aquella vez que entreviste hace algunos años al maestro Anguiano en su casa de Coyoacán, en la Ciudad de México, pero al conocer el catalogo me di cuenta que el encuentro de un reportero es infinitamente pequeño cuando se tiene frente a si verdaderos encuentros como los que tuvo Anguiano en Tijuana con personalidades como don José Galicot, Jack Winer, La curadora Montserrat y desde luego el encuentro fundamental , que estoy convencido que se convirtió en romance , entre Anguiano y Tijuana. Porque si Alguien le gustaban las mujeres era al maestro Anguiano y estoy seguro que a esta ciudad le encontró ese sabor femenino que lo obligo a regresar y regresar como creo no lo a hecho ningún artista.

Anguiano y su mujer Briggite, Vivieron. Sus últimos años muy cerca de los Ángeles; y periódicamente venia a Tijuana. Necesitaba cargarse de “Tijuana” Para seguir viviendo en la California de los gringos. Antes de morir ofreció donar una parte importante de su obra a la ciudad pero se adelanto la muerte y tal parece que no iba haber tal donación. Pero su hoy viuda se encargo de cumplir la promesa y es esa colección la que desde hace poco mas de dos años integra la sala Anguiano, propiedad de Tijuana , en el Palacio de la Cultura , y don Jose Galicot es el presidente del patronato.

¿Qué vio Anguiano en Tijuana?
Estoy convencido que vio esa mujer que, reconociendo que no es hermosa , sabe que tiene sus encantos, sus cosas bellas y sus cosas buenas, que reconoce sin falsa moral su parte pecaminosa, y que sabe utilizar todos esos encantos para seducir a quien vive aquí y a quien la visita. Se puede generar un romance muy intenso para quienes saben vivirla y creo que eso es lo que le ha pasado a don Jose Galicot, le paso a Raúl Anguiano y nos esta pasando a muchos de quienes estamos en Tijuana.

Paradójicamente, La ultima ciudad mexicana que visito Raúl Anguiano antes de morir fue a Tijuana; se agravo su estado de salud en California y le pidió al entonces presidente Fox que le ayudara a morir a la Ciudad de México. El presidente envío un avión de Fuerza Aérea Mexicana pero ya no había tiempo para obtener los permisos para aterrizar en California y el avión llego a Tijuana. El maestro fue traído a la frontera en ambulancia, a bordo de la cual recorrió por ultima vez las calles de Tijuana hasta el aeropuerto, y finalmente voló a la ciudad de México donde murió a las pocas horas.

Herencia de esa historia y ese romance es la obra de Anguiano en Tijuana.

¡Que sorpresa señor Galicot!

pablomexicano@live.com.mx

No hay comentarios: